2018: Un país para pobres, un año más

2018 un país para pobres un año más

En este comienzo del nuevo año, para no perder la costumbre, hemos sufrido una de las tradiciones que nunca fallan a su cita. Pero dejadme explicaros mis palabras.

Como un lastimoso regalo de reyes, un año más las pensiones volverán a subir un ridículo 0,25% (esta subida raquítica supondrá 1,61 euros de media al mes para la pensión más habitual que se sitúa en 645€), mientras las previsiones de inflación apuntan que será del 1,5% y vemos los anuncios de subidas de servicios básicos que van desde el 1,9% de los peajes al 12% de la electricidad, sin olvidar el 4,5% del gas natural o el 5% del gas butano. El Gobierno vuelve a condenar a diez millones de pensionistas a perder poder adquisitivo, del 1,25% en esta ocasión.

El Gobierno recorta un año más el poder adquisitivo de los pensionistas, por segundo ejercicio consecutivo, y sigue sin dar soluciones ni en el dialogo social, ni en el Pacto de Toledo que los tiene paralizados, como también paralizó en el parlamento la proposición de ley de subida de las pensiones al IPC real.

El Ejecutivo tiene que rectificar y aumentar las pensiones de acuerdo con la previsión de inflación -al menos en un 1,5%- e introducir una cláusula de revisión que garantice ese incremento, en caso de desviación al alza de la inflación real para que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo.

Hace escasamente una semana conseguimos firmar con el Gobierno un acuerdo para subir el SMI hasta un 20% en los próximos tres años. Una firma que la celebramos dados los años difíciles y complicados que millones de ciudadanos han vivido en nuestro país con la crisis. Supondrá un aumento mensual del salario mínimo de casi 150 euros en tres años y situará en casi mil euros por doce pagas (990€) o de 850 por 14. Un paso adelante. Pero no es suficiente.

Y menos porque esta subida no ha venido sola. Como decía, las grandes empresas que controlan el mercado nacional han decidido que como crece la economía, ellas también debían subir los precios. Agua, luz, gas, butano, tarjetas del transporte público en algunas ciudades…. En conclusión, pagaremos más, y porcentualmente pagarán más quien menos ganan.

Y aquellos que viven de una prestación, un subsidio, una ayuda o una beca, colectivos más vulnerables, verán cómo otro año más el IPREM, el índice para calcularlos vuelve a estar congelado perdiendo de nuevo poder adquisitivo. Además, mes a mes vemos cómo el porcentaje de trabajadores y trabajadoras desempleados que no tienen cobertura es cada vez mayor y prácticamente la mitad de ellos no cobra prestación alguna.

Siento vergüenza al observar que a medida que la vida se encarece, los trabajadores y trabajadoras de este país más sufren para llegar a final de mes, y especialmente los pensionistas y los parados. Desde hace años venimos defendiendo la necesidad de un crecimiento de las rentas del trabajo, apoyado en empleo digno, estable y con salarios adecuados. Reforzando las prestaciones que muchos ciudadanos reciben. Garantizando el poder adquisitivo de los que han cotizado durante años al sistema y ahora tienen que vivir de una pensión y en muchísimos casos sostener a cientos de miles de familias que no tienen ingresos.

Nos quieren imponer un nivel de vida al que muchos de los trabajadores y trabajadoras de este país, que se levantan cada mañana para dar de comer a sus familias, no pueden llegar. ¿Queremos un país de trabajadores, pensionistas y ciudadanos en general pobres? ¿Es la sociedad que queremos?
¡UGT, NO! y contra eso estamos dispuestos a seguir dando batalla.