30 Noviembre huelga general en Correos

30 Noviembre huelga general Correos

El día 30 de noviembre Correos estuvo en huelga. No debería ser una novedad después de los avatares sucedidos en el plano sindical en los últimos años. La huelga es un derecho que la Constitución otorga a los sindicatos como instrumento de defensa de los intereses que representa. Sin embargo parece que hay quien no acaba de comprender que los sindicatos tenemos una función que desarrollar y que nuestra razón de ser está ligada a la gente. Las personas (la gente) no son números, ni datos estadísticos, ni un presupuesto, ni un plan estratégico, ni los cuadritos de un organigrama. La gente es nuestra gasolina. Sin ella el motor sindical puede tener muchas válvulas y muchos caballos pero es absolutamente inútil e ineficaz para llevar a cabo su misión. Por ello, exigirle a un sindicato que actúe al margen de la gente es, o una demostración de ignorancia, esa que a veces va unida a la buena fe o de malicia interesada con fin oculto.

En Correos la huelga estaba servida hace tiempo. La política de recortes de plantilla, los ajustes salariales y la reducción de derechos han ido configurando una olla con vapor de descontento increscendo que tarde o temprano tenía que salir y explotar. Y el vapor ha salido por donde el manual dicta. A través de los sindicatos cuya misión es la de hacer de vehículo de la insatisfacción de los trabajadores y utilizando un mecanismo legal que tenemos atribuido por Ley.

Partimos de que en estos últimos días ha habido un proceso de diálogo interno entre ámbitos del gobierno para enmarcar el conflicto de Correos. Partimos de que el Presidente actual de Correos, Juan Manuel Serrano, ha desarrollado un trabajo intenso e infatigable en la búsqueda de elementos que pudieran facilitarle el poner en la mesa de negociación una propuesta que se conciliara razonablemente con las demandas sindicales. Y partimos también de que SEPI ha coadyuvado en la demanda de buscar soluciones que permitieran una salida negociada del conflicto.

También hay que añadir el esfuerzo de la parte sindical por buscar, hasta el último minuto (el último minuto es el último y a partir del último lo que hay es el primero de otra cosa) un marco de negociación que nos permitiera alcanzar un acuerdo razonable y equilibrado en relación con las aspiraciones de ambas partes. Por razones que desconocemos, el día 29 se convirtió en un carrusel de reuniones. Se convocó deprisa y corriendo, el mismo día (el último día) a los sindicatos para una reunión por la tarde a las 16h, con aplazamientos sucesivos de la mesa de negociación, de forma que hasta las 19.30 (apenas dos horas antes del inicio de la huelga de los turnos de noche en los CTA) no tuvimos una propuesta negociadora. En ese escenario, la demostración de responsabilidad que desarrollamos tanto UGT como CCOO fue patente. Ni siquiera las teorías de la sospecha interesadas en deslegitimar la postura de aquellos sindicatos que exigíamos negociar (está en el ADN de UGT el exprimir todas las posibilidades de conseguir un Acuerdo satisfactorio para la gente que representamos) nos hicieron bajar un milímetro nuestra voluntad de negociar para alcanzar un acuerdo. Solo la incapacidad del Gobierno (o la desidia) para facilitarle a Correos los medios y recursos que posibilitaran presentar una propuesta razonable de negociación, rompieron finalmente nuestro esfuerzo de responsabilidad sindical.

A estas alturas de la película, con miles de trabajadores postales decepcionados pero con el ánimo intacto después de un día de huelga intenso, solo cabe decirle al Gobierno. Arrieritos somos… !!