Confirmado: al señor secretario General «Técnico», señor González (el que, por orden del presidente, ha intervenido de facto Recursos Humanos en su afán de aniquilar a los profesionales de la casa que no entienden su proyecto (qué proyecto, por cierto?), y el que, también, supuestamente, por orden del presidente, cambió el corte de la consolidación provocando el pucherazo más sonoro de nuestra historia postal) no se sonroja por tener a la plantilla sin CALENDARIO LABORAL, pese al mandato del Convenio.

Han sido varias las advertencias de CCOO y UGT para que se inicie la negociación: lo exigimos en noviembre, lo volvimos a exigir en marzo 2020 y lo reiteramos, el 4 y 20 de mayo. El señor Serrano y sus «satélites» confunden intencionadamente sentarse (a veces ni eso) con negociar y se han convertido en los alumnos más aventajados en materia de VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA.

El Calendario Laboral está recogido en el articulado del Convenio y en un Anexo especifico que contiene las líneas mínimas de negociación de dicho Calendario. En concreto, este Anexo estipula que la distribución de las vacaciones de cada uno de los empleados y empleadas del centro de trabajo deberá ser conocido y figurar expuesto en el cuadro de servicios como máximo a día 30 de abril. Complementariamente, la Ley dice que dos meses antes del disfrute de las mismas deben estar autorizadas.

Los trabajadores/as tienen derecho a conocer sus vacaciones, a ordenar su vida laboral con antelación suficiente para hacerlo también con la personal. Ante la falta de respeto a los mismos y a sus representantes sindicales, CCOO y UGT iniciamos el Conflicto Colectivo.

El señor Serrano, que está gastando decenas de millones de euros para vender su imagen como nunca se había hecho en Correos, sigue atesorando galardones a su trayectoria de nefasto gestor: subcampeón del COVID, campeón de la desescalada, de los incumplimientos del convenio, del retraso en la aplicación de los acuerdos y de la ruptura de consensos. El mejor currículo para demostrar que no está a la altura de un proyecto como el de Correos.