Día Internacional de la eliminación de la discriminación racial

Día Internacional eliminación discriminación racial

El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial se celebra el 21 de marzo de cada año. Ese día, en 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra las leyes de pases del apartheid en  Sudáfrica.

Al proclamar el Día en 1966, la Asamblea General instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial y/o étnica, por tanto, el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial nos recuerda nuestra responsabilidad colectiva de promover y proteger los ideales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo primer artículo afirma que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. En 2001, la Conferencia Mundial contra el Racismo elaboró el programa más amplio y autoritativo de lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia conexa: la Declaración y el Programa de Acción de Durban. En abril de 2009, la Conferencia de Examen de Durban pasó revista a los adelantos mundiales logrados en la lucha contra el racismo y llegó a la conclusión de que todavía quedaba mucho por hacer.

Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Los derechos a la igualdad y a la no discriminación son piedras angulares de los derechos humanos. Sin embargo, en muchas partes del mundo, la incitación al odio y las prácticas discriminatorias por razones de raza, étnica, religión, nacionalidad, entre otras, están muy extendidas, y son de plena actualidad. La discriminación racial y étnica y el racismo son problemas que afectan a la vida cotidiana e impide el progreso de millones de personas en todo el mundo y  puede adoptar diversas formas: desde la negación de los principios básicos de igualdad de las personas en el acceso a bienes y servicios hasta la instigación al odio o la realización de delitos de odio; en cualquier caso, no son las diferencias las que están en el origen de la discriminación sino, más bien, al revés: las relaciones preexistentes de poder y desigualdad son las que desencadenan un clima de confrontación que utiliza las diferencias como excusa o coartada para ejercer el dominio y justificar determinadas políticas socioeconómicas.

En España, la ausencia de estadísticas y datos oficiales disponibles sobre hechos de carácter racista o xenófobo denunciados ha sido un aspecto reiteradamente señalado por parte de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos como un problema y una carencia que imposibilita el conocimiento y, en consecuencia, el diagnóstico adecuado de la situación y el desarrollo de medidas para combatirlo. Además es sabido que una gran parte de las personas afectadas por hechos de estas características no quiere o no se atreve, por múltiples motivos, a denunciar estas situaciones. Como consecuencia de ello, las cifras de delitos racistas y casos de discriminación denunciados son muy inferiores a las reales y por ello, diversos estudios ponen de manifiesto que la discriminación, el acoso y la violencia por motivos raciales,  étnicos, religiosos o de diversa índole están más extendidos en la UE de lo que reflejan las estadísticas oficiales.

Recordemos que con fecha 11 de Mayo de 2016,  se dieron a conocer en Ginebra las observaciones finales del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas. El Comité reiteró a España la obligación de recabar y publicar datos demográficos sobre la composición de la población desglosados por comunidades territoriales y adoptar, con ese fin, métodos adecuados, garantizando la auto adscripción identitaria, y el anonimato. Así mismo, el Comité deploró que España no haya aprobado una ley integral para la igualdad de trato y no discriminación, ni haya adoptado el segundo Plan de Derechos Humanos. Insiste, así mismo, en que el Estado Español garantice que el Consejo para la eliminación de la discriminación racial o étnica cuente con los recursos y la independencia necesaria y  debe poner fin de manera definitiva y urgente a los controles de identidad basados en perfiles raciales y étnicos, debiendo garantizar la investigación y sanción de tales conductas. España dispone de un año para informar al Comité sobre las medidas efectivamente adoptadas en aplicación de todas estas recomendaciones.

El Comité, como ya han hecho otros muchos organismos europeos e internacionales de protección de los derechos humanos, expresó  grave preocupación por la práctica de devoluciones sumarias por parte de las fuerzas de seguridad españolas, y porque la Ley de Seguridad Ciudadana (Ley Orgánica 4/2015) permita rechazos en frontera, sin que se haga un estudio previo de riesgo de retorno, e impidiendo el acceso a los procedimientos de asilo; y por ello, solicita que se revise la enmienda que “legalizó” estas devoluciones sumarias desde Ceuta y Melilla a fin de garantizar “el acceso a procedimientos de asilo a todas las personas susceptibles de protección internacional.

Por último, y respecto al ámbito educativo, tal y como señala el Comité en su informe, España debe garantizar la calidad de la educación de manera uniforme y equitativa, proporcionando los recursos necesarios para este fin. Asimismo debe adoptar políticas educativas efectivas que aseguren la distribución equitativa de los estudiantes, con el fin de poner fin al fenómeno de las escuelas «gueto». Y en cuanto a los contenidos se insta a España a que Implemente campañas de educación que incluyan información sobre los períodos de esclavitud y colonización, y la discriminación racial a la que se enfrentan las personas afrodescendientes o la población inmigrada.

...Nadie tiene el derecho de humillar a nadie. De humillarle por su color de piel, por su lengua o por su acento, por su lugar de nacimiento, por sus hábitos de vida, por sus orígenes y tradiciones. Ni mucho menos, desde luego, por su pobreza o desamparo que le hacen buscar refugio entre nosotros. La raza más detestada de todas, la más perseguida y discriminada, es la raza de los pobres… Identidades culturales hay muchas, pero la única identidad civilizada que de veras cuenta es la identidad humana. Lo que nos hace humanos es el trato humano. Vivir civilizadamente es convivir con los diferentes. Deberíamos decírselo a los niños antes de que sea demasiado tarde.

FERNANDO SAVATER. Prólogo libro de Tahar Ben Jelloun

“Papá, ¿qué es el racismo?”