El futuro de la enseñanza pasa por la incorporación de jóvenes docentes

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El 5 de octubre, Día Mundial de los Docentes (DMD), tiene este año como lema ‘Jóvenes docentes: el futuro de la profesión’, y, por tanto, convierte esta jornada en la ocasión idónea para hacer un balance y reflexionar acerca de las medidas a implementar para potenciar la incorporación de nuevos profesionales a la docencia.

Con motivo del DMD, el Sector de Enseñanza de FeSP-UGT sigue reivindicando la importancia de tener en cuenta a los docentes como pieza clave de la Educación y la mejora de sus condiciones laborales para que sea una profesión atractiva que atraiga a nuevos profesionales.

Los docentes más jóvenes están abandonando la profesión por millares en todo el mundo. Las estadísticas indican que es necesario adoptar medidas urgentes que frenen la escasez de docentes. Según cifras proporcionadas por la UNESCO (IEU), el mundo necesita casi 69 millones de nuevos docentes.

A UGT le preocupa que no haya un relevo de nuevos profesionales en la profesión. Sin una nueva generación de docentes motivados, perderemos la oportunidad de ofrecer a millones de educandos el derecho a una educación de calidad.

El motivo por el que las tasas de abandono aumentan rápidamente en todo el mundo puede estar en que el futuro profesional en la docencia se percibe como una elección con escasas oportunidades de desarrollo profesional e infravalorada por la sociedad, por lo que resulta muy difícil atraer y retener a los mejor cualificados.

UGT viene anunciando que el envejecimiento de las plantillas va a requerir en los próximos años una renovación de nuestro profesorado y la necesidad de que se incorporen al sistema más de 150.000 nuevos docentes.

Para ello, los Gobiernos tendrán que atender a la formación de buenos docentes y la generación de condiciones para retenerlos en la profesión, que constituye una de las claves para elevar la calidad de la educación.

Uno de los retos fundamentales que tiene la sociedad es seleccionar a los mejores docentes. Sin embargo, esto no es una tarea fácil, pero es evidente la necesidad de introducir una reforma en nuestro sistema de ingreso y acceso que permita la selección de los mejores.

El nuevo modelo de ingreso a la función pública docente debería contar con una fase de oposición en la que los ejercicios permitan valorar la competencia académica y pedagógica de los aspirantes y sus aptitudes y capacidad para el desempeño de la función docente. En este sentido, deben alejarse de una prueba meramente memorística, como sucede en la actualidad, y habrán de definirse claramente los criterios de evaluación de dichas pruebas.

El ingreso a la Función Pública Docente debe ser más equitativo que el actual, con pruebas objetivas en las que los tribunales puedan incluir escasos elementos de juicio subjetivos y, además, con una fase de prácticas que contemple el 100% de las retribuciones y sea evaluable. Se debe buscar una mayor objetividad de las pruebas y no deben ser eliminatorias.

Pero no se puede olvidar que un ingrediente esencial para dignificar el magisterio y atraer al ejercicio de la docencia a los mejores profesionales es ofrecer retribuciones altas, mejoras de las condiciones laborales y reconocimiento social, ya que actualmente los salarios docentes son relativamente bajos en comparación con el de otras titulaciones similares, aspectos que desde UGT venimos reclamando.