El CETA entra en vigor. Un tratado nefasto para los trabajadores

El CETA en vigor nefasto trabajadores

El 21 entró en vigor el acuerdo entre la UE y Canadá (CETA) de manera provisional. El tratado comercial, que tiene pendiente el refrendo de los parlamentos de todos los Estados miembros de la UE, es insuficiente y presenta muchas incertidumbres legales y sobre la protección efectiva de los trabajadores.

El  CETA ha sido pensado para preservar los intereses de las grandes corporaciones y atendiendo a los esfuerzos de liberalización de la Comisión Europea y, pese a las mejoras introducidas, sigue siendo injusto y desequilibrado.

UGT siempre ha defendido un comercio justo que cree riqueza y progreso igualitarios, y unas relaciones comerciales que respeten normas justas y democráticas, algo que el CETA no hace.

El sindicato ha expresado en numerosas ocasiones su rechazo a este acuerdo, y así lo ha trasladado a los grupos parlamentarios en España, al igual que a todos los miembros del Parlamento Europeo, entre otras razones porque:

  • Este tratado se olvida de salvaguardar los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de los consumidores y de las consumidoras y de la ciudadanía, en general.
  • No asegura el empleo, ni las condiciones del mismo.
  • No asegura los servicios públicos (que deberían ser definidos de manera más amplia y quedar lo suficientemente protegidos ante los mercados mediante una cláusula específica).
  • Es problemático y confuso en cuanto  a la protección de las inversiones y la resolución de disputas inversor-Estado (ISDS/ICS). En los estados democráticos constitucionales no se requieren derechos especiales para los inversores privados, por lo que no es necesario establecer un Tribunal de Inversión Especial.
  • No  descarta, de forma expresa, que los estándares sociales, laborales y medioambientales puedan ser interpretados como barreras al comercio.
  • No  establece un  mecanismo de sanciones legales que castigue las infracciones de la legislación laboral y medioambiental.
  • No  garantiza el  principio de precaución europeo (la inocuidad de los productos debe ser demostrada antes de su aprobación), que no está especificado ni en el texto del acuerdo, ni en la explicación adicional.

UGT, que insistió en que la necesidad de que el Parlamento español abriera un debate sobre este acuerdo, lamenta profundamente que finalmente haya pasado sin pena ni gloria por las Cortes y que se desaprovechara de esta forma una oportunidad para abordar y clarificar algunas de las incertidumbres y problemas que este Acuerdo de libre comercio planteará a los ciudadanos europeos.