Feminismo como actitud vital

Feminismo como actitud vital

En recuerdo de Carmen Alborch. Libertad, la palabra que mejor la describe. Compañera, siempre en nuestro corazón.

«Hemos sido unas rebeldes con causa. Tal vez comenzamos de forma intuitiva porque sentíamos que en el sometimiento, en la ausencia de libertad, hay una tristeza profunda que tiene que ver con la renuncia vital. La vida tiene que ser vivida con toda la intensidad. Una intensidad que no sería posible sin los derechos que nos permiten sentirnos partícipes del mundo y poder disfrutar. El feminismo es reivindicación, pero también es la energía que necesitamos para participar de todo lo que nos concierne individual y colectivamente. Desde el feminismo, nos hacemos conscientes de nuestras capacidades y del potencial que tenemos para transformar lo que a veces nos parece inalcanzable. Hemos ido conquistando lo que parecía imposible. Y todo esto nos aporta mucha energía… mucha alegría. Toda esta fuerza nos permite ocupar nuestro lugar en el mundo. Y el mundo es nuestro lugar. Somos feministas, responsables, alegres y libres. Y todo esto contribuye a la dignidad de las mujeres».

Carmen Alborch

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