Mujeres pensionistas, las desigualdades se disparan

Mujeres pensionistas desigualdades se disparan

Son las 16:30, acabamos de terminar de visitar un centro de infantil y primaria, en la puerta se agolpan las familias de las pequeñas y pequeños que un día más les vienen a recoger. Caras pintadas y gritos de alegría, es carnaval y víspera de puente. En medio de la algarabía, nos encontramos con Isabel y Maria, dos mujeres que acuden hasta este centro educativo a recoger a sus nietas, que están en plena conversación sobre la reforma de las pensiones.
Isabel y Maria son dos de las tres millones de mujeres que perciben pensiones por debajo de los 700 euros. Isabel y Maria, igual que ahora con sus nietas, han sido las responsables de cuidar a lo largo de sus vidas a sus familias, tanto de sus maridos como de sus hijos e hijas, como de padres y madres cuando llegada la edad necesitaron de apoyo y cuidados. Ellas han conciliado los trabajos de cuidado hacia sus familias, que no se consideran trabajo, no tienen salario, días libres, ni regulación alguna con sus empleos. Y aquí el orden de los productos sí que altera el resultado, que la actividad principal sean los cuidados y la complementaria el empleo acarra para las mujeres la brecha salarial a lo largo de sus vidas laborales, la brecha en las pensiones cuando están jubiladas o que las mujeres seamos las principales de protagonistas de contratos de trabajo a tiempo parcial y reducciones de jornada. Es decir, cuidar que es imprescindible para la sociedad a las mujeres les implica pobreza. Ellas. Isabel y Maria, tuvieron contratos de trabajo a tiempo parcial y reducciones de jornada para conciliar el cuidado con llegar a final de mes.
Las mujeres pensionistas perciben, según datos del último informe elaborado por la Secretaria de Igualdad de UGT, casi 6.000 euros anuales menos que los hombres, en concreto 5.896,1. El sistema de pensiones agranda la brecha, que en el caso de las pensiones es de más de un 37%, porque no tiene en cuenta que las mujeres tienen carreras de cotización más cortas, con interrupciones constantes provocadas por salidas periódicas del mercado laboral y por ser las principales receptoras involuntarias del contrato parcial. Las mujeres trabajamos toda la vida pero somos más pobres, los datos corroboran la peor situación económica de las mujeres en la vejez, etapa en la que las desigualdades se disparan.
Unida a esta realidad, donde la mayoría de las mujeres somos las principales protagonistas para el desarrollo del trabajo de cuidados y en función del mismo seguimos entrando y saliendo del mercado laboral, debemos tener también en cuenta la segregación de este. El actual mercado laboral se sigue caracterizando porque las mujeres se concentran y están sobre-representadas en determinados sectores de producción y empleos específicos y los hombres en otros, así sectores como la limpieza o la enseñanza están feminizados y en cambio la minería o la ingeniería son sectores masculinizados. Siendo socialmente los sectores feminizados menos valorados y peor remunerados. Junto esta segregación horizontal esta la segregación vertical, donde las mujeres se concentran en determinadas categorías laborales, grados o niveles de responsabilidad. Las mujeres estamos más presentes en categorías laborales no cualificadas y los hombres están más presentes en puestos de decisión o en consejos de administración. La segregación horizontal y vertical tiene consecuencias en los salarios y provoca diferencias en la media de los ingresos brutos por hora de mujeres y hombres en todos los sectores de la economía. Es decir, la segregación explica la existencia de la brecha salarial y que en España es del 23%.
Desde FeSP-UGT trabajamos para visibilizar las desigualdades y acabar con ellas. Nuestra apuesta y nuestro compromiso son claros, es imprescindible garantizar la igualdad salarial y trabajar por un reparto justo de recursos, los tiempos y los trabajos de cuidado. En este sentido, consideramos que desde la enseñanza contamos con herramientas fundamentales para promover y hacer realidad la vieja reivindicación igual trabajo-igual salario.
La brecha salarial y de pensiones, la segregación vertical y horizontal, hunden sus raíces y pueden ser prevenidas en la educación. Desde la secundaria las mujeres se concentran y son mayoría en las ramas de Ciencias Sociales y Jurídicas, Arte y Humanidades o  en Ciencias de la Salud. En cambio los chicos siguen siendo mayoría también en las ramas de Ingeniería y Arquitectura. Los roles y estereotipos de género que acarrean desigualdad impregnan el sistema educativo. Y estas diferencias, que atribuimos en ocasiones a gustos y opciones, implican desigualdad de oportunidades y acceso a recursos. Ya que lo que se considera como un gusto en infantil o primaria que no rompe con los estereotipos, en secundaria implica una elección de itinerario que lleva a una carrera en la universidad que va conllevar segregación en el mercado laboral. ¿Y ante esto que hacer?
Desde FeSP-UGT apostamos por revalorizar todas las actividades que son imprescindibles para el desarrollo y sostenimiento de la vida y que han sido realizadas tradicionalmente por las mujeres. Es necesario poner en valor las contribuciones que las mujeres han llevado a cabo y es también fundamental revalorizar los trabajos de cuidados para repartidlos de manera justa entre mujeres y hombres. Trabajos de cuidados que se deben repartir cuando se hacen en el ámbito de lo privado pero que sobre los que se deben mejorar las condiciones laborales cuando se hacen en el ámbito de lo público. Necesitamos que la conciliación sea una prioridad social para que mujeres y hombres disfrutemos de las mismas oportunidades.
En paralelo a esta necesidad, es fundamental crear referentes que rompan con los estereotipos machistas para que hombres y mujeres elijan sus juegos y profesiones desde un enfoque no sexistas. Es necesario que los contenidos y libros de texto presentes desde infantil, pasando por primaria y secundaria reflejen que hombres y mujeres podemos realizar todas las actividades y que no hay unas para un género y otras de otro. Es imprescindible que en la secundaria y el bachillerato contemos con una orientación no sexista que nos permita apoyar a chicos y chicas en forjar sus trayectorias socio-profesionales libres de estereotipos.
En este sentido, presentamos este monográfico con el fin de facilitar materiales para llevar a cabo este modelo de orientación. Fomentar una orientación y crear referentes para la igualdad. Facilitar recursos y materiales es para FeSP-UGT una forma de combatir la segregación del mercado laboral y luchar por la igualdad salarial y de pensiones.
 
Fotografía: @nathaliepaco