Tomás Beas, responsable del Sindicato de Mutuas de UGT: «No somos policías del absentismo»

Tomás Beas responsable Mutuas

Las Mutuas colaboradoras de la Seguridad Social son asociaciones privadas de empresarios constituidas mediante autorización del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que tienen por finalidad colaborar en la gestión de la Seguridad Social, bajo la dirección y tutela del mismo, sin ánimo de lucro y asumiendo sus asociados responsabilidad mancomunada.

Forman parte del sector público estatal de carácter administrativo, de conformidad con la naturaleza pública de sus funciones y de los recursos económicos que gestiona, sin perjuicio de la naturaleza privada de la entidad.

En nuestro país hay cerca de 22.000 trabajadores de mutuas. Carecen de un convenio propio, estando integradas históricamente en el convenio estatal de seguros, reaseguros y mutuas colaboradoras con la seguridad social, y han perdido alrededor de un 20% de poder adquisitivo desde 2010.

Tomás Beas, responsable de Mutuas de UGT y trabajador del sector como fisioterapeuta desde 1992, nos cuenta los principales problemas estructurales y laborales.

¿Cómo ha sido la evolución administrativa de las Mutuas?

Las Mutuas llevan años en un tránsito de lo privado a lo público. Han sido entidades estrictamente privadas, vinculadas al Estatuto de los Trabajadores. A partir del año 1972, fecha en que las antiguas primas por accidente de trabajo que pagaban las empresas, pasan a definirse como cuotas de la Seguridad Social. Esa deriva hacia lo público, de conformidad con la naturaleza pública de sus funciones y de los recursos económicos que gestionan tiene su colofón en la última reforma de la Ley general de Seguridad Social del año 2014; a estas entidades se las incluye dentro del sector público estatal de carácter administrativo. Quedan así vinculadas a la Ley de Presupuestos Generales del Estado a efectos económicos y a efectos de incrementos de retribuciones salariales.

Aunque seguimos siendo “entidades privadas sin ánimos de lucro”, en base a esa misma Ley de Presupuestos Generales, los trabajadores de mutuas vimos recortado en un 5% nuestro salario en 2010 como el resto de los empleados públicos.  En los últimos años los gobiernos sucesivos han tratado de resolver diferentes problemas que afectaban al sector, principalmente relacionados con el uso de dinero público. Sin embargo las decisiones adoptadas no solo no han extinguido las malas prácticas, si no que han generado un caos organizativo que ha impactado principalmente en las trabajadoras y trabajadores de las mutuas: bajada salarial, mayor carga de trabajo, generación de más trabas a nivel administrativo para la contratación. Se hace imposible la gestión de los recursos humanos y se dificulta la prestación adecuada del servicio en cuanto a calidad y cuanto a eficacia y eficiencia.

¿Cuáles son los principales problemas de los trabajadores?

Una pérdida muy grande del poder adquisitivo (en torno al 20% del de 2010), incremento constante de las cargas de trabajo, incremento constante de la presión de carácter interno derivada de la falta de personal, aumento muy grande de la parte burocrática. Quienes están sosteniendo las mutuas son las empresas y por lo tanto existe una presión muy grande por parte de las direcciones de la Mutuas para gestionar de determinada manera tanto las altas como las bajas. Otro problema es la cobranza de los incrementos retributivos. Nosotros, como consecuencia de todas estas trabas burocráticas y legales, nunca las cobramos al comienzo del año en curso como el resto de trabajadores del sector público. Incluso se empiezan a plantear situaciones por las que se podrían percibir en 2020. Y esto lógicamente es inaceptable

¿Y los problemas estructurales?

Por ejemplo, se dan situaciones paradójicas. Hay Mutuas que tienen cerradas instalaciones hospitalarias porque al carecer de masa salarial, no pueden contratar. Esto sucede porque las mutuas no pueden contratar por las limitaciones que les ponen la Administración pero también por limitaciones presupuestarias. Tiene su masa salarial congelada y no pueden hacer frente a los picos de trabajo que se les presentan. El mercado laboral es lo que es; a un médico no se le puede contratar por 30.000 euros anuales. Fuera de las mutuas los médicos obtienen mejores ofertas, es evidente.

Por otra parte, a las mutuas siempre se las ha considerado entidades meramente clínicas. Y las Mutuas son algo más. Son un en cuanto a su carácter jurídico y también en el tipo de trabajo que hacen. Tiene una parte sanitaria muy importante, pero una parte de gestión y administración igual de relevante. De hecho la parte sanitaria está integrada por médicos, enfermeros, fisioterapeutas, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales etc. Pero la parte administrativa es tan importante o más porque es la que se dedica a conceder las prestaciones derivadas de las situaciones de personas que han tenido un accidente de trabajo o una contingencia común. Hay un trabajo administrativo muy grande que seguramente sea el gran desconocido dentro del mundo de las Mutuas.

¿Tenéis convenio propio?

Eso es otro de los problemas, la gran inseguridad jurídica. Los trabajadores de las mutuas no tenemos un convenio específico. Históricamente hemos estado incluidos en los convenios de Seguros. Desde la última modificación de la Ley General de la Seguridad Social hay partes de este convenio que no nos son de aplicación (sobre todo las partes económicas). Decir que se nos aplica el convenio de Seguros es prácticamente un eufemismo. Los trabajadores padecemos una gran inseguridad en cuando a las tablas salariales, que no se nos aplican. El convenio de seguros nos sirve de paraguas pero es una herramienta insuficiente para atender la realidad de las mutuas colaboradoras con la seguridad social

¿No hay una verdadera Negociación colectiva?

Yo diría que no. El convenio (de Seguros) al que estamos adscritos es un convenio vivo; pero vivo para las compañías de seguros. Acudimos a las consultas de la comisión mixta pero en el fondo los problemas que tenemos las Mutuas no se resuelven dentro de ese convenio. Un ejemplo muy simple: la jornada laboral. Alguien podría pensar con buen criterio que los empleados de mutuas, merced a esta cercanía a lo público deberíamos tener una jornada laboral cercana también a la de los empleados públicos (alrededor de 37,5 horas a la semana o incluso 35). ¿Alguien puede pensar que esto sería asumible por la patronal?  Está claro que no. Es imposible porque es un sector privado que se rige por sus propios intereses.

El 11 de junio mantuvimos una reunión con la dirección general de ordenación de la Seguridad Social y la subdirección general de entidades colaboradoras. Con ellos no mantenemos reuniones de negociación colectiva; mantenemos reuniones para tratar de explicar la problemática de este sector y que ellos adopten soluciones en la medida que sea posible como órganos de dirección y tutela que son. En este último encuentro expusimos todos los problemas que acabo de enumerar y les pedimos que se tomen decisiones a nivel político que nos saquen de todo en este lío en el que estamos metido y que –insisto- cada vez va a peor porque  vez se va enquistando más la solución. Estos problemas son muy antiguos; llevamos años con ellos.

¿Cómo crees que percibe la ciudadanía a los trabajadores de las Mutuas?

La percepción que tiene la ciudadanía de los trabajadores de las mutuas es que somos policías. Nos perciben no como entidades que vayamos a ayudarles, sino más bien para dar el alta antes de tiempo en la medida de lo posible. Esa es la percepción que nos hemos ganado a pulso. Porque desde las propias instituciones patronales se ha fomentado y se sigue fomentando la visión de las mutuas como policías del absentismo. Y vincular a las mutuas con el absentismo es un error. Somos entidades que ayudamos a las personas a curarse, a integrarse en su vida laboral y a recibir prestaciones que les son concedidas y a las que tienen derecho. Hay gente que piensa que somos el brazo médico de la patronal, y yo creo que eso es un error. Cuando se empiece a percibir a las mutuas como entidades que tienen un valor añadido en la atención a personas probablemente cambien las cosas

¿Cuál es la apuesta de UGT por las Mutuas?

Hace falta un cambio de modelo, un cambio estructural que entre a fondo en la problemática. Hace falta un cambio, sentarnos a hablar al más alto nivel para ver cómo solucionamos los problemas de estas entidades. Es cierto que empezaron siendo pseudocompañías de seguros que tenían como encomienda pagar los gastos que suponía al empresario el accidente de trabajo, pero han evolucionado hacia unas estructuras que superan con creces aquel primer planteamiento: se están encargando de la salud de las personas, la salud de los trabajadores y trabajadoras de este país. Y este es un asunto sensible y crucial para UGT.